Hasta la década de los setenta todas las viviendas eran casas individuales, sin ninguna característica sobresaliente, pero con la singularidad de ser un pueblo típicamente andaluz, blanco totalmente, pero en las últimas décadas ha proliferado la desagradable costumbre de dejar las fachadas laterales e interiores de las viviendas sin cementar ni blanquear de cara al exterior, por lo que se le ha conferido un aspecto rojizo, descuidado, e incluso algunas fachadas tienen llamativos colores y otras
se alicaten
totalmente con baldosines, como si se tratase de una cocina o un
cuarto de baño, sin que el Ayuntamiento tome medidas al respecto.
Como
elementos más s
obresalientes de su arquitectura está la antigua
torre del homenaje,
de principios del S. XIV, que sirve actualmente como campanario de la
iglesia. Tiene su altar y el techo decorados con pinturas de Marcelo
Góngora, realizadas en 1.966
En
la misma plaza, al lado de la torre de la iglesia, existía una
casa-palacio conocida como la Casa
Grande,
que ha sido derribada, a excepción de la fachada principal,
y se ha convertido en una residencia de ancianos; de estilo barroco,
de la primera mitad del S. XVII, y sobre la puerta principal conserva
un escudo perteneciente a la familia Quesada, que corresponde
con el escudo municipal del Ayuntamiento de Garcíez. En 1.984 la
Comisión Provincial de Urbanismo suspendió la aprobación que el
Ayuntamiento tenía previsto: derribar y dejar el solar como hacer
zona verde, y se le abrió un expediente para la declaración de bien
de interés histórico-artístico (B.O P. de 8 de enero de 1.985).
El Molinillo
es un antiguo molino harinero que aún se conserva en las afueras de
la localidad. Sobre la puerta principal mantenía un escudo heráldico
perteneciente a la familia Quesada-Mendoza, del año 1.623, hoy
desaparecido.
A 4 kilómetros del casco urbano tenemos La presa y los dos acueductos de Claudia. La presa se conserva aunque no se
puede ver ya que recientemente ha sido enterrada de forma
natural al desviar su cauce las aguas del Guadalquivir, pero aún podemos admirar los dos acueductos.
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