viernes, 21 de diciembre de 2012

10.- El mosaico romano de Baécula

 

(Artículo publicado en la revista Programa de feria y 

fiestas de Santo Tomé en septiembre de 2.014)

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En 1.884 se descubrió un mosaico romano en el cerro del cortijo de Los Turruñuelos, (hoy término municipal de Villacarrillo), que junto con varias inscripciones encontradas en los alrededores publicó Tomás Román Pulido en 1.914. Se desconoce su actual paradero y únicamente podemos remitirnos a la fotografía que acompaña la publicación para su conocimiento. La fotografía ha sido estudiada por personas entendidas en la materia y a sus descripciones nos remitimos. Careciendo de medidas. Román afirma que seis años antes apareció otro mosaico, a escasos metros de éste y que antes de suspenderse los trabajos había aparecido parte de la greca de alrededor, y que se hallaba a unos seis metros de desnivel.


   Este mosaico pertenece al tipo de los denominados a esquema a compás. La distribución geométrica responde a un círculo central, cuatro semicírculos tangentes, y cuatro cuadrantes angulares tangentes a los semicírculos. Igual distribución presenta el mosaico de Alcolea (Córdoba) y el de Marbella (Málaga). La composición central, dentro del círculo, tiene por tema la mitológica loba, que “por el rayado de la piel más parece un tigre”, (como escribe Blázquez al describir la loba del mosaico de Alcolea, pero que igual se puede aplicar para éste), dirigiendo su hocico hacia un niño pequeño, como queriendo acariciarle o lamerle. Es de suponer la existencia del otro niño gemelo en el lugar desconchado, como bien apunta Román, deduciéndose la representación del tradicional y mitológico tema de la loba amamantando a los gemelos Rómulo y Remo. Dentro de cada semicírculo hay un animal salvaje: un león en el semicírculo de la izquierda y una leona en el de la derecha, un tigre en el superior y un leopardo en el inferior, con árboles también en los semicírculos. Los cuadrantes angulares representan a los cuatro vientos “buccinatores”, vestidos con túnicas y mantos, con cabello corto, y dos de ellos, contrapuestos, con barba. Los rombos circulares tienen por decoración personas que representan las estaciones, habiéndose perdido dos de ellas y conservándose las correspondientes al invierno y a la primavera.
    Las distribuciones geométricas están separadas por trenzados de dos cuerdas. En la parte superior lleva una doble fila de triángulos y en su centro un círculo con una roseta de seis pétalos; la parte inferior del mosaico tiene una fila de triángulos y en su centro un rombo. Todo el mosaico está enmarcado por una cenefa de guiloches y por fuera de ella tiene cuadrados en tres de sus lados, y en el superior lleva una decoración triple: el tercio central con nudos de Salomón y en ambos lados rombos con una cruz interior.
    Es de hacer notar que tanto el tema central como las estaciones, los vientos y los motivos decorativos son frecuentes en los mosaicos hispanos. El mosaico de Alcolea, con igual estructura y tema central, y el de Marbella, con igual estructura pero tema central diferente (tiene por tema la Medusa), han sido fechados entre finales del siglo II y principios del III, por lo que cabe asignar igual cronología para este mosaico, dada su similitud. La fiera con piel atigrada se repite en el mosaico itálico de Ganimedes, también de esquema a compás, datado hacia el 150. No obstante para Mª C. Fernández, este mosaico tiene una “singular originalidad”, y es que la loba vuelve la cabeza hacia la derecha, hacia ambos gemelos.
    Indudablemente este mosaico formaría parte de la decoración del pavimento de una villa perteneciente a algún terrateniente, desde la que se controlaba la producción agrícola del fértil valle regado por las aguas del Betis y de su tributario procedente de Cazorla.
              
                                     Arjona, 2 de julio de 1.998

Bibliografía
BLÁZQUEZ, José Mª:
      La cultura romana en Hispania.
      Historia de la España antigua. Tomo II, cap. XXIII, pág. 747
      Ediciones Cátedra. Madrid, 1.978
BLÁZQUEZ, José Mª:
     Mosaicos romanos de Córdoba, Jaén y Málaga.
     Corpus de mosaicos de España. Fascículo III. Madrid, 1.981
FERNÁNDEZ CASTRO, Mª Cruz
     Aspectos arquitectónicos de las villas romanas en Andalucía.
     Actas del I Congreso de Historia de Andalucía. Caja de Ahorros  de Córdoba, 1.978
ROMÁN PULIDO Tomás:
     Apuntes para la historia de Mentesa Oretana II. Don Lope de Sosa. Jaén, 1.914

miércoles, 5 de diciembre de 2012

01.- Medio geográfico



El Guadalquivir a su paso por SantoTomé
La villa de Santo Tomé (Jaén), se encuentra en la margen izquierda del río Guadalquivir, a 458 m. sobre el nivel del mar, en la parte oriental de la provincia de Jaén, a 95 km. de la capital, en el partido judicial de Cazorla, y a 17 km. de ésta, sobre la carretera comarcal 323 que une Villacarrillo con Cazorla.

Su término municipal, con 73'43 kilómetros cuadrados, es de forma rectangular, alargado y estrecho. Limita al norte con el término de Villacarrillo, sirviendo de separación el río Guadalquivir; al este limita con los términos de Santiago-Pontones y La Iruela; al sur con los de Cazorla y Chilluévar, y al oeste con el de Úbeda. Por su zona oriental forma parte de la denominada Sierra de Cazorla, Segura y las Villas.


CHG Estación elevadora III
Presenta una topografía muy variada, ya que en su corta longitud se pasa de 400 m sobre el nivel del mar, cerca de la localidad, a los 1.518 m en un pico cercano ala cortijo de Cañamarillos. Tiene tres zonas claramente diferenciadas: la parte más occidental, la menor, entre el núcleo urbano y la ribera del Guadalquivir y su afluente el Reato (a su paso por Cazorla se le llama Cerezuelo), con un suave desnivel y tierras óptimas para la agricultura de regadío; una zona central con desniveles más acusados, comprendida entren los 600 y los 1.000 m de altitud, tierras para el cultivo de cereales de secano y fundamentalmente para el olivo; y una tercera zona, la más oriental y de mayor superficie, con terreno muy abrupto y con grandes desniveles, lo que propicia una gran extensión de tierra no cultivable mayor que la labrada, donde abunda el pinar.

El Reato o Cerezuelo
Tiene la particularidad de que el río Guadalquivir pasa dos veces por su término municipal, en sentido contrario: la primera vez en sentido sur-norte en plena Sierra y a pocos kilómetros de su nacimiento, y la segunda en sentido noroeste-sudoeste, cerca del casco urbano de Santo Tomé. Otros ríos que pasan por su término son: el Borosa, en la parte más oriental, que le sirve para delimitar el término con el de Santiago-Pontones y con el de La Iruela; el Cañamares, que en su recorrido superior delimita el término con el de La Iruela, y desemboca en el Cerezuelo; y el Cerezuelo, que bajando directamente desde Cazorla, pasa muy cerca del núcleo urbano y desemboca 2 km. más abajo, en el Guadalqui­vir. De menor importan­cia, por su escaso caudal, son los arroyos de Torre del Vinagre y Cañada de la Cierva.

02.- Medio económico


La última trilla en S.T.
Se trata de un pueblo eminentemente agrícola, por lo que su economía se basa principalmente en el cultivo del olivo, en régimen minifundista, teniendo la mayoría de sus explotaciones menos de 5 Has.; complementándola con el cultivo del trigo, la cebada y, en menor medida, el garbanzo. Existe una agricultura de regadío alrededor del casco urbano, dedicada al cultivo del algodón. De esta zona desapareció su producción horto-frutícola precisamente con la llegada del cultivo del algodón.
Vista de S.T., con mulo
  La poca ganadería existente es ovina y en menor cantidad la porcina, en la zona occidental y media de su término, mientras que la caprina predomina en la zona oriental por lo abrupto del terreno. Como casos casi anecdóticos decir que hay una granja de cría de visones para la producción de pieles, y en la agricultura hay cultivo de flores bajo naves de plástico
  
Últimamente está resurgiendo con fuerza la industria derivada del sector de la construcción, y se 
Vista de S.T., con rebaño
.está potenciando el sector servicios de cara al turismo, como la construcción de varios hostales en la localidad, como El Mirador, El Gallo Rojo (ambos han cerrado recientemente) y Baécula, en la localidad, y el Noguera de la Sierpe, en plena Sierra.

03.- Prehistoria


 Los restos arqueológicos más antiguos que he encontrado (abril de 1.983)en el término municipal, que delatan la presencia humana, se remontan, por ahora, a la época del Neolítico Final (entre finales del IV milenio a. de C. y los primeros siglos del III milenio). He encontrado en superficie cerámica fabricada a mano, con carena baja y mamelones, además de varios útiles líticos: puntas de flecha, dientes de hoz, machacado­res, etc.
Cuenco del Neolítico
Se trataba de un grupo de personas que buscaban nuevas tierras para cultivo y pastoreo, mejores suelos para el aprovecha­miento hortícola y cerealista empleando la técnica de quemar el bosque usando las cenizas como fertilizan­tes y explotar el suelo hasta su agotamiento. El asentamiento estaba constituido por una agrupación de pequeñas cabañas de forma circula­r, sin cimentación o ligeramente excava­das, construi­das con piedras pequeñas en la base, y el resto con cañas y ramas trabadas con barro.

Puente de Montiel
De la época del Cobre existe un yacimiento cercano a la Agrupación de Santo Tomé, conocida también por Montiel (septiembre de 1.981), que ha sufrido diversas y recientes devastaciones. En 1.983 un equipo de arqueólogos del entonces Colegio Universi­ta­rio de Jaén, tras mi solicitud, llevaron a cabo dos catas para determinar su estratigra­fía, confirmando un asentamiento con varias cabañas circulares pertenecien­tes a esta época, con superposición de sucesivas culturas.

Artículo publicado en la revista de Feria de 2,019



05.- Arquitectura


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Hasta la década de los setenta todas las viviendas eran casas individuales, sin ninguna característica sobresaliente, pero con la singularidad de ser un pueblo típicamente andaluz, blanco totalmente, pero en las últimas décadas ha proliferado la desagradable costumbre de dejar las fachadas laterales e interiores de las viviendas sin cementar ni blanquear de cara al exterior, por lo que se le ha conferido un aspecto rojizo, descuidado, e incluso algunas fachadas tienen llamativos colores y otras
se alicaten totalmente con baldosines, como si se tratase de una cocina o un cuarto de baño, sin que el Ayuntamiento tome medidas al respecto.


Como elementos más s
obresalientes de su arquitectura está la antigua torre del homenaje, de principios del S. XIV, que sirve actualmente como campanario de la iglesia. Tiene su altar y el techo decorados con pinturas de Marcelo Góngora, realizadas en 1.966


En la misma plaza, al lado de la torre de la iglesia, existía una casa-palacio conocida como la Casa Grande, que ha sido derriba­da, a excepción de la fachada princi­pal, y se ha convertido en una residencia de ancianos; de estilo barroco, de la primera mitad del S. XVII, y sobre la puerta principal conserva un escudo pertene­ciente a la familia Quesada, que corresponde con el escudo municipal del Ayuntamiento de Garcíez. En 1.984 la Comisión Provincial de Urbanismo suspendió la aprobación que el Ayuntamiento tenía previsto: derribar y dejar el solar como hacer zona verde, y se le abrió un expediente para la declaración de bien de interés histórico-artístico (B.O P. de 8 de enero de 1.985).



  El Molinillo es un antiguo molino harinero que aún se conserva en las afueras de la localidad. Sobre la puerta principal mantenía un escudo heráldico perteneciente a la familia Quesada-Mendoza, del año 1.623, hoy desaparecido.
Acueducto I de Claudia


 A 4 kilómetros del casco urbano tenemos La presa y los dos acueductos de Claudia. La presa se conserva aunque no se puede ver ya que recientemen­te ha sido enterrada de forma natural al desviar su cauce las aguas del Guadalquivir, pero aún podemos admirar los dos acueductos.

06.- Costumbres, tradiciones y fiestas.



Dos festividades relacionadas con el fuego, San Antón (entre la noche del 16 y la madrugada del 17 de Enero) y la Candelaria, (el día 2 de febrero), se han perdido en las últimas décadas, como en tantos otros pueblos de la provincia, aunque hoy se aprecia cierta inquietud por recuperar estas tradiciones de antaño. Lo que parece que no va a ser posible de recuperar, por circunstancias obvias, es la del gorrino (el cerdo) de San Antón, que consistía en que un vecino donaba al santo un cerdo pequeño, al que se le hacía una marca en la oreja para identificarlo, y se le dejaba libremente por las calles; este cerdo aprendía a ir de casa en casa para ser alimentado por todos los vecinos de la localidad; al llegar la noche era encerrado por cualquier vecino en la chiquera (cochi­quera) junto a sus cerdos, y a la mañana siguiente lo dejaba suelto para que deambulara de nuevo por las calles. La víspera de S. Antón, al calor de las lumbres, el cerdo era rifado entre los vecinos y los beneficios eran destinados a sufragar los gastos de la parroquia. 
 
La matanza del cerdo en S.T.

  Otro tanto está ocurriendo con la matanza familiar, que se está perdiendo en aras de la comodidad y los embutidos producidos en serie por las grandes empresas cárnicas. La matanza tenía lugar durante los meses de más frío. Todo un rito el preparar los avíos: canela en rama, clavo, matalahúva, pimienta, pimentón, las tripas, las cebollas, los utensilios, la propia matanza y los embutidos.
El último día, de botijuela.


 La “botijuela", fiesta a expensas del propietario de la finca, que se celebra en el último día de recogida de la aceituna, y en el propio tajo. Comida, bebida, bailes, cancioncillas picantes, chistes, imitaciones, etc. alegran la despedida de las cuadrillas que han estado recogiendo aceituna para un mismo dueño durante la campaña; si ésta ha sido corta, se buscará un nuevo tajo donde continuar.


  El 15 de Mayo, festividad de S. Isidro, se celebra una romería con desfile de carrozas hasta el Guadalquivir, donde tiene lugar una misa y se pasa el día entre familiares y 
amigos, bajo la sombra de los chopos y a la orilla del río.  Antaño se solía mojar un poco al santo en el mismo río.
  La fiesta del emigrante se celebra un fin de semana, a primeros de agosto, de reciente implantación para disfrute de los hijos de Santo Tomé que vienen a pasar sus vacaciones veraniegas; se celebran conjuntamente con la Agrupación de Santo Tomé. Hay actividades culturales, deportivas, lúdicas y musicales.
  Feria y Fiestas del 23 al 27 de septiembre en honor de sus Patronos la Virgen de los Remedios y Santo Tomás Apóstol; con fuegos artificiales, bailes, concursos y suelta de vaquillas.