sábado, 2 de febrero de 2013

21.- Galería de arte

- Lola Alvarado Cumbrero.
- Antonio Ceacero Hernández.
- Pepi Gázquez Plaza
- Mª Dolores Gómez Jorquera.
- Juan Jorquera Rodríguez.
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 Lola Alvarado Cumbrero.

Soy Lola, natural de Santo Tomé; viví y crecí  en el bar "Los Labradores", de ST.
 Por motivos familiares no pude estudiar. Una de las personas más queridas para mi fue mi maestra Doña Lutgarda; ella fue la única que creyó en mí; desde aquí mi recuerdo y gratitud.
  A los 27 años me trasladé a Irún (Guipuzcoa), donde me saqué el graduado escolar; después, en Jaén, estudié decoración en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos; el profesor que más me influyó fue D. Tomás, él me introdujo en el amor por el arte, y me dio a conocer a Praxiteles, Giotto, Fidias, Chumabue, Rafael, Miguel Ángel, etc, con tanto cariño que aún hoy permanecen en mi.
                        Más tarde me trasladé a Marín, (Pontevedra). Estuve en diversos talleres: de óleo con Iván Descamp, y escultura y cerámica con Emilio Pozas.                
  
                 

                                                   Me hice pintora y hago exposiciones. Aquí os muestro algunos cuadros, que espero os gusten.
 

Actualmente resido en Ceuta, una bonita y encantadora ciudad, muy desconocida para muchos.... os animo a visitarla y que la conozcáis.
Un saludo.
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Antonio Ceacero Hernández.

Atenea izando a Aracne (Atenea, Aracne)
  Me considero dibujante y pintor autodidacta (es decir, que estoy casi como al principio, vamos que aún estoy aprendiendo).
Los curetes tratando de dvitar el llanto de Zeus. (curetes  Zeus, Amaltea y Melisa)
Perros y dueños (1.996) Peros y dueños



Bodegón
Tengo grabado en mente una escena de cuando tenía 3 ó 4 años, en el cortijo de mi abuela Luisa, en La Caleruela, bajo la luz de un candil, copiando un dibujo  esquemático de la enciclopedia Álvarez, de un indio arrodillado tras la llegada de Colón a América, y la alabanza de mi querida abuela. A los 9 años hice un par de páginas de un cómic y durante el servicio militar hice tres páginas de Mortadelo de protagonista de nuestras anécdotas en la mili. En 1.988 fundé la Asociación de dibujantes de cómic "VIÑETA 6".


 En 1.992 el Ayuntamiento de Arjona me publicó "Alhamar de Arjona", un cómic de 40 páginas con la biografía del arjonero fundador de la dinastía nazarí y primer constructor de la Alhambra de Granada. En 2.014 El Ayuntamiento de Arjonilla me ha publicado el cómic sobre la leyenda de "El trovador Macías".
 Vídeo de la presentación: 

  Mis autores favoritos: Harold Foster, Víctor de la Fuente y Antonio Hernández Palacios.

Bodegón
En cuanto a la pintura, empecé a los 12 años, influenciado por dos maestros de escuela, encargábamos el bastidor a un carpintero del pueblo, comprábamos lienzo y lo clavábamos al bastidor, después lo preparábamos con "blanco España" y cola de conejo antes de empezar a pintar. Al tablé le tapábamos los poros restregándole ajos.
  Muchos años después, y pocos cuadros, hice dos cursos monográficos (con asistencia esporádica) de pintura al óleo en la Escuela de A.A. y O.A. de Jaén, con D. Manuel Kayser Zapata, y se acabó mi enseñanza.
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 Pepi Gázquez Plaza

A los diez emigró con su familia  a tierras catalanas, pero volvió a Úbeda, donde se puso novia, se casó y donde reside.


 




Pintora autodidacta, ha expuesto en el Hospital de Santiago, con gran éxito de ventas y de críticas.





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Mª Dolores Gómez Jorquera 

Reside en Córdoba desde 1.986, donde de manera autodidacta se inicia en el mundo de la pintura al óleo y otras técnicas.
       Durante ocho años asistió a tres escuelas de arte, con profesores de bellas artes de la talla de Paco Gil y Luis Hernández, perfeccionando esa cualidad innata. Allí también recibió clases de anatomía artística y desnudo al natural. 
 

Ha expuesto en varias salas de las provincias de Jaén y Córdoba, y también ha participado en varias exposiciones colectivas.




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Juan Jorquera Rodríguez 

Nació en 1.952 y se aficionó a la pintura cuando el pintor ubetense, Marcelo Góngora realizó el mural de nuestra iglesia, en 1,966. Desde 1.975 reside en Barcelona.


Su pintura está cargada de colores fuertes y luz.


Josep Mª. Cadena escribe sobre su pintura:
... El paisaje atrae poderosamente el interés de Juan Jorquera; tierras de su sur natal, de su norte vital, se suceden convertidas en color, en manchas sabiamente dominadas, distribuidas hasta convertirse en descriptivas, sabiendo captar la esencia y la atmósfera, dejando su pincel una huella jugosa y rica matéricamente, pero también cargada de sentido y belleza.




Para ver más de sus obras:





20.- La matanza del cerdo



 La matanza del cerdo en ST.
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  Podemos definir la matanza como el proceso mediante el cual una familia hace acopio de productos cárnicos derivados del cerdo (jamones, embutidos, manteca, etc.) para abastecerse durante todo el año. 

      La matanza es una costumbre ancestral,  que se ha mantenido por necesidad en los pueblos, pero que tiende a desaparecer en aras del progreso, siendo cada vez menos las familias que la continúan en los pueblos de forma tradicional, como antaño, por diversas razones: ante todo por comodidad, la comodidad de comprarlo todo hecho, por quitarse la brega de estar todo el año criando el cerdo, el trasiego de la propia matanza,  además el vivir en pisos o casas con patio pequeño, la falta de tiempo o emplearlo en otras actividades lúdicas. Lo que está claro es que lo que ganamos en comodidad y en tiempo lo perdemos en el control de los componentes de los productos ya elaborados, en la calidad, en la uniformidad del sabor, etc. si es que sabe a algo diferente del plástico. Pero, en fin, así es la vida.

  Los cerdos que cada familia destinaba para la matanza se criaban en la chiquera (la cochiquera), alimentándolos con los desperdicios de las comidas, la fruta picada y con los desechos de  hortalizas, además de otros productos del campo cosechados por la propia familia, aunque también, años atrás,  había familias que por diversas razones no criaban directamente sus cerdos, sino que los  marcaban y se los confiaba a un porquero (el más conocido era “Cebolla”), hasta el mes de la matanza,  por lo que había varias piaras en el pueblo compuestas por cerdos de diversas familias. Otras familias compraban el cerdo unos días antes de la matanza y lo recogían el día del sacrificio.  Más tarde,  en la década de los sesenta, se impuso la manera de alimentar a los cerdos con pulpa, con pulpa y  moyuelo, y en los últimos años a base de pienso compuesto.

      Con respecto a la fecha más idónea para la matanza, hay  un refrán popular que dice que “a cada cerdo le llega su San Martín”, dando a entender que a partir de esa fecha, el 11 de noviembre, era la más indicada para el comienzo de las matanzas. Otro refrán dice que “por San Andrés mata tu res, grande, chica o como esté”, retrasando hasta final de mes la fecha propicia, pero en realidad la fecha  de la matanza está supeditada a la época de más frío para que  ayude a la mejor conservación de los productos cárnicos, siempre antes del comienzo de la campaña de la recogida de la aceituna, que en los últimos años se inicia oficialmente después del día 8 de diciembre, día de la Inmaculada.

Pasado el día de Los Santos ya se veía por el pueblo camiones forasteros cargados de cebollas, que iban vendiendo por todas las calles, y todo el pueblo olía a cebolla. En las tiendas se vendían loa “avíos”: mazos de tripas conservados en sal en grandes toneles de madera, nuez moscada, canela en rama, pimienta en grano, matalahúva, azafrán, arroz, hilo para atar las tripas, orégano, clavo, etc. La tienda mejor surtida en estos productos era la de Gil Gómez Reyes, “Gilico”, y aunque durante todo el año su especialidad era la venta de calzado, (albarcas de goma negra, que parecían estar hechas con cubiertas de las ruedas de los coches, y las famosas alpargatas rusas, que de rusas no tenían nada),  orcas y sombreros, cuando llegaba esta época era la que tenía el mejor surtido de productos relacionados con la matanza. Al entrar a la tienda había numerosas cajas de calzado perfectamente colocadas en sus repletas estanterías, y  él siempre vestido con su guardapolvos gris, sentado en una silla de enea en la puerta de la calle, esperando al cliente.

         Desde varios días antes se empezaba preparando las orzas, lebrillos y calderos de la propia casa: orzas, lebrillos, y pidiendo prestados a los vecinos o apalabrándolos los menos comunes, como el caldero para cocer la cebolla, la mesa de matar, la mesa de picar carne y embutir chorizos, la máquina de embutir morcillas negras, y comprando las especias, condimentos o aliños: pimienta, pimentón, canela, matalahúga, orégano, cominos, así como hilo fuerte para atar. El día anterior al fijado para la matanza, se pelaban y troceaban las cebollas, se cocían en grandes calderos y se dejaban reposar tapadas con trapos doblados.



El día de la matanza empezaba temprano con la preparación de un caldero lleno de agua, y  puesto al fuego para que el agua estuviese caliente para cuando llegase el “mataor” o matarife. Algunos familiares y amigos o vecinos  componen la cuadrilla que ayudará en la tares. Cuando llega el "mataor", sabedor de su oficio y dispuesto para un ritual, con su gancho en forma de ese, y sus cuchillos liados en un trapo bajo el brazo, el dueño reparte unas copas de anís para “entrar en calor” antes de comenzar la faena. Se saca al cerdo de la chiquera con el engaño de unos granos de maíz y se le lleva hasta cerca de la mesa, donde el "mataor" lo engancha por debajo de la quijada y lo iza a la mesa con la ayuda de los presentes que han agarrado al cerdo por las orejas, de una mano y de una pata, colocándolo con la parte derecha hacia abajo si el "mataor" es diestro. La mano derecha es sujetada con la cuerda por debajo de la mesa; la mano izquierda la sujeta una persona desde atrás doblándola y pegándola al cuerpo del cerdo; la pata izquierda se sujeta fuertemente haciendo palanca en la pata de la mesa, y la pata derecha se le dejaba libre para que se desfogue. Generalmente un chiquillo de los que revolotean alrededor es el encargado de sujetar el rabo del cerdo.

El "mataor" con un extremo del gancho rodeándole la pierna más próxima al cerdo,  de puñalada certera clava el cuchillo en la yugular del cerdo,  y la sangre empieza a salir, cayendo directamente en un lebrillo donde hay un poco de sal, donde una mujer la remueve constantemente para evitar que  se coagule. De los buenos matadores del pueblo, de los que acertaban a la primera en el lugar preciso, tenía fama Pedro “el Chupa”, delgado, siempre sonriente y bromista. Una vez muerto el cerdo, aún en la misma mesa,  se le echaba jarros o pucheros de agua muy caliente, casi hirviendo, y entre dos o tres personas lo pelaban rápidamente. Se repasaba con una vieja maquinilla de afeitar por los lugares más difíciles para los cuchillos, mientras que con el mismo gancho se le quitan las pezuñas. Se abre en canal el cerdo por la panza y se le sacan los intestinos, que se recogen en una criba que lleva un trapo para impedir el contacto directo de la carne el cerdo con los alambres de la criba; los intestinos delgados servirán para embutir los chorizos, y los intestinos gruesos para los salchichones; de la vejiga de la orina los chiquillos se encargarán de hacer una zambomba para en Navidad pedir el “aguilando” (el aguinaldo”); también se le sacan las asaduras. En las patas traseras se le hace una incisión y se entresacan los tendones, por los que se meterá la camal, (palo resistente, ligeramente curvo y más fino por los extremos, con estrías en forma de escalones, que impiden resbalar los tendones) con la cabeza para abajo y una caña con extremos cortados en doble bisel, colocada en horizontal en el centro de la panza para facilitar la aireación durante la noche al raso,  para que cuajen las mantecas.  Se  le cortan  las “muestras”, pequeños trozos del hígado y de la lengua para que las analice el veterinario, para comprobar si el cerdo tiene o no la triquinosis. Las mujeres limpian cuidadosamente con agua y sal los intestinos del cerdo y las tripas compradas, para embutir. Una vez cocida la cebolla se saca y se echa en canastas de mimbre o caña para que escurra el agua.

 
Morcillas blancas
Al día siguiente se empieza con los preparativos para hacer el “ajo”, que es la masa de la morcilla, mezclando la sangre, la cebolla escurrida y picada, el arroz y los demás avíos o aliños. La caldera, sobre grandes trébedes, con la masa se mueve y remueve al fuego de la lumbre, al mismo tiempo que se va preparando la masa de los chorizos, la morcilla blanca, el sangregordo y el salchichón. Si ha llegado ya el resultado del análisis del veterinario, se puede probar el ajo o masa de la morcilla, es un momento crucial para saber el tino que se ha tenido al echar proporcionalmente los aliños. Como manda la tradición, la dueña de la casa envía platos del ajo de la morcilla a los familiares y a las vecinas más allegadas, en parte para que comprueben, prueben y saboreen lo buena matancera que es y lo bien aliñado que le ha salido el ajo, al mismo tiempo que para devolverle el mismo obsequio recibido, o en espera de en su día recibirlo. El almuerzo, la comida típica en este día es de habichuelas con el “hueso del perro”, con el esternón del cerdo,  y  debajo de la mesa un hermoso brasero de buenas ascuas de la lumbre. Por la tarde su empieza a embutir el ajo de la morcilla en las tripas, con una máquina de embutir, y se les va metiendo en una caldera con agua caliente, colgadas en una caña para que no lleguen al fondo de la caldera. Después serán colgadas en largas varas sujetas con cordeles del techo de la cocina.
Al día siguiente se despieza, se trocea todo el cerdo excepto los jamones, y se aparta la manteca. Se embuten los chorizos, la morcilla blanca, el "sangrigordo", el salchichón. Se salan los jamones en una artesa, dejándolos envueltos en sal gorda durante un mes. Conforme se van embutiendo las morcillas negras se van metiendo en un caldero con agua, colgándolas en una caña más larga que el diámetro del caldero, procurando que las morcillas no toquen el fondo del caldero; posteriormente serán colgadas en unas largas varas pendientes de unas cuerdas, en el techo de la cocina.
El último día de matanza se dedica a echar los adobos, trocear las cortezas y limpiar los utensilios, que quedarán listos para devolverlos a su dueño o prestarlos a otra familia que empieza la matanza.

Indudablemente, cada familia tiene una forma muy personal de realizar la matanza y de mezclar los ingredientes para cada embutido, y aunque el mecanismo o manera de llevarla a cabo es prácticamente igual, existen diferencias notables en cuanto a sabor en un mismo producto entre dos hogares de la misma familia.


                                                       
   Antonio Ceacero Hernández                                
  Arjona, 4 de febrero de 1.999
 
Publicado en la revista "Con sabor a pueblo"  nº 33, año 2.003
Centro Municipal de Educación de Adultos
Santo Tomé (Jaén)     

19.- Romance

 Romance de Pero Díaz.

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PERO  DÍAZ  EN  UN  ROMANCE  FRONTERIZO


 Durante más de doscientos años (siglos XIII y XIV) la actual provincia de Jaén fue tierra fronteriza entre cristianos y musulmanes, lo que, lógicamente, propició numerosos hechos de armas. La divulgación oral de estos hechos fue el caldo de cultivo que fermentó una poesía popular y anónima, que relataba los sucesos de esta época, y a la que conocemos como romances fronterizos.

Entre otras cosas estos romances se caracterizan por su sencillez, por su carencia de recursos complicados de versificación, y por tener una versificación sencilla, asonantada y monorrima, y son precisamente el ser simples y pegadizos lo que les ha valido para perpetuarse hasta nuestros días, primero oralmente y después impresos.

   Se les ha atacado por su falta de rigor histórico, pero hay que tener en cuenta que se trata de poesía y no de historia, que al principio se transmitían de forma oral, que fueron compuestos en épocas posteriores a las de los sucesos que relatan, y que a veces se adornaban con personas o hechos diferentes.

   Los dos romances fronterizos más antiguos hacen referencia a sendos cercos musulmanes de la ciudad de Baeza. El primer romance conocido se titula “Cercada tiene a Baeza”, basado sobre los hechos producidos en 1.368, aunque los historiadores dudan sobre la veracidad de este hecho de armas por carecerse de noticias documentales suficientes que lo avalen. No ocurre así con el segundo romance más antiguo de nuestra poesía titulado Moricos, los mi moricos el cual está ampliamente documentado y se basa en el cerco sufrido por BAEZA en el año 1.407, cuando el Rey de Granada cercó la ciudad el 17 de agosto, combatiéndola durante tres días y levantando el cerco al no cejar la férrea defensa y tener noticias de la llegada de refuerzos cristianos.

   La plaza fue valerosamente defendida por Garci González de Valdés y por Pero Díaz de Quesada, III Señor de Santo Tomé, nieto del fundador Pero Díaz de Toledo.                                    .                                                     

MORICOS,   LOS  MI  MORICOS


Moricos, los mi moricos,
los que ganáis mi soldada, 
derribédesme a Baeza, 
esa ciudad torreada,
y los viejos y las viejas, 
los meted todos a espada
y los mozos y las mozas 
los traé en la cabalgada,
 y la hija de Pero Díaz 
para ser mi enamorada, 
y a su hermana Leonor, 
de quien sea acompañada. 
Id, vos, capitán Venegas
porque venga más honrada, 
porque enviándoos a vos 
no recelo en la tornada, 
que recibiréis afrenta 
ni cosa desaguisada.


El capitán Venegas aludido en los romances fue posterior a los hechos. Los musulmanes no pudieron conquistar Baeza, pero se tomaron el desquite conquistado el castillo de Bedmar. Dos meses después cercaron Jaén y el Concejo de Baeza mandó a Pero Díaz con quinientos caballeros, consiguiendo romper el cerco.

Pero Díaz murió a principios del año 1.442 y fue sepultado en su capilla, en la Iglesia mayor de Baeza, donde aún se puede contemplar su escudo de armas, el mismo que campea sobre la puerta principal de la fachada de la Casa grande de Santo Tomé.
ANTONIO  CEACERO  HERNÁNDEZ


Publicado en la revista:
"Con sabor a pueblo" nº 8, junio de 1.991
Centro Municipal de Educación de Adultos
Santo Tomé (Jaén)

Bibliografía: 
- Argote de Molina, Gonzalo: “Nobleza de Andalucía”. Sevilla, 1.588 
- Alvar, Manuel: "Jaén y el romancero". Granada, 1.981. 
- Gella Iturriaga, J. “Romances viejos”. Zaragoza, 1.973 
- Guardiola Alcocer, C. “El romancero”. Zaragoza, 1.973 
- Mendizábal, Federico "Los romances fronterizos de la provincia de Jaén". Madrid, 1.973 
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 EJERCICIOS ESCOLARES SOBRE EL ROMANCE
 
 
COMPRENSIÓN LECTORA :
  1. ¿Qué fue la actual provincia de Jaén en los S. XIII y XIV?
     ……………………………………………….
  2. ¿Entre qué dos culturas religiosas?
…………………………………………………………………………
  1. La divulgación oral de acciones guerreras propició una …………………………………….. que hoy conocemos con el nombre de ……………………………………
  2. Se caracterizan por su ……………………., y por una versificación ………………., ..……………… y
…………………………., por lo que eran pegadizos y fáciles de aprender y propagar por las gentes.
  1. Los dos romances más antiguos se basaron en dos ………………… sobre la ciudad de ……………
  2. Los musulmanes no conquistaron Baeza, pero sí ……………., y después cercaron …………………
  3. ¿Quién iba al mando de 500 caballeros a socorrer a la ciudad cercada? ………………………………
  4. Sobre su escudo de armas tenía por divisa: POTIVS MORI QVAN FEDARI, que significa: antes morir que rendirse. 
    ¿Qué opinas sobre el lema?
     ………………………………………………………..............................................................................… ………………………………………………………………………………………………………………..............................................................................................
  5. Su escudo tenía sobre campo de gules, cuatro bastones de plata cargados con veinticuatro colas de armiños. 
    ¿Sabes lo que significa "gules" en el campo de la heráldica? ………....................……………………..

ANALIS MÉTRICO:

1.- Vuelve a leer y recita el poema “Moricos, los mi moricos”.
2.- Cuenta el número de versos que tiene el poema: ………………
3.- Número de sílabas en cada verso: …………..
4.- ¿Qué clase de versos son según el número de sílabas? 
……………………………………………….…….
5.- Clase de rima: ………………………………………………………………
6.- Por tener todos sus versos……... sílabas, y rima ……………….. en los versos ………. , podemos afirmar que se trata de ………………………..
7.- ¿Cómo se llama lo qué ocurre en la medida de los versos 3, 6 y 8? 
………………………………
8.- Mide los 5 versos del segundo poema y escribe:
a) ¿Cuántas sílabas tiene cada verso? ……....
b) ¿Cómo riman? ……………………………….
c) Escribe lo que entiendes en el tercer verso
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9.- a) ¿Cuál de estos poemas te ha gustado más? ………………..................….
b) ¿Por qué?
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10.- ¿Te atreves tú a hacer un romance sobre un tema determinado que te guste? 
Anímate e inténtalo. Lo hacían personas que en aquella época apenas sabían leer y escribir, con lo que tú sabes y lo listo/a que eres, esto está chupado ¿verdad?
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